martes, 11 de marzo de 2014

La Influencia Inconsciente en nuestros Compañeros.

Desde el primer día que nuestro nuevo compañero llega a casa nosotros influimos en el, y de esta influencia depende su futura personalidad. Solemos pensar que todo lo que hacemos es por su bien, y nada mas lejos y de forma inconsciente es por el nuestro propio. Escogemos todo para según nuestros gustos, estos gustos son parte de nuestra programación inconsciente, basadas en una serie de creencias de lo que esta bien y mal, y todo esto alimentado por el universo del miedo. Universo que crea todo un abanico de emociones inconscientes con las que rigen nuestras vidas, y por lo tanto la de nuestros compañeros. Es de aquí de donde nacen las futuras conductas y enfermedades de ellos, como una expresión de lo que ocurre en nuestros inconscientes.





En Sana con tu compañero animal te guiamos para que a través de estas conductas o enfermedades tomes consciencia y gestiones tus emociones para así poder eliminar los programas que generan mal estar en la convivencia.



Abrazos corazones. 
Sana con tu compañero Animal <3

lunes, 10 de marzo de 2014

Nuestra Desconexión con la Naturaleza (Parte I)

El momento actual en que vivimos, es un momento de reflexión y de cambios. Dejamos atrás el pensamiento único, después de años de ver los resultados de los sistemas educativos existentes. Algunos llegamos a la conclusión que quizás no cumplen su cometido, entendiendo como cometido, el bienestar y equilibrio no solo en la convivencia, sino del Ser en si, como principal Objetivo.

 Dicho pensamiento dirige su atención a las conductas, clasificando con etiquetas cada una de ellas. Se agarra a la culpabilidad que se dirige a nuestros perros modificando y cambiando en ellos todo aquello que no nos gusta. Ellos pierden por lo tanto parte de su personalidad, y no nos hemos parado a pensar que las conductas son naturales de por si, que se nace con ellas y la completan. De forma natural son seres muy estables y equilibrados con los que se puede convivir perfectamente en armonía, con sus necesidades como cualquier ser, que sienten, que padecen, y son emocionales por naturaleza.




Este es un pensamiento por el que todos hemos pasado. Un pensamiento que nos ha dominado, pero del que también hemos aprendido. No ha sido fácil seguir el flujo del aprendizaje de uno mismo, ya que fluir es coger y soltar, sin apegos a lo que hacemos, sin identificarnos con el sistema como si fuera nuestro. Solo valorar los resultados y seguir otro principio del aprendizaje error y acierto, aunque cueste reconocer el error, y solo nos guste el camino del acierto. Solo hay un camino que como tal empieza pero nunca acaba, este es el camino del aprendizaje.

 Debajo de la apariencia de buen comportamiento que se les crea con los sistemas actuales, por debajo se sigue escondiendo el verdadero problema de su desequilibrio, y éste sigue haciendo mella en su organismo, como si de la lava de un volcán en erupción se tratara. Para solucionar el problema ponemos un tapón al volcán, y solo contenemos la lava, pero tarde o temprano habrá otras consecuencias.
 Esto nos lleva a pensar que la educación a través de la modificación de la conducta, el castigo tanto físico como emocional, incluido el de ignorar, el control y el querer dominar las situaciones, no es el camino.
Estas lineas no están escritas para crear culpa, señalando a nadie ni buscando culpables, están escritas para buscar la responsabilidad que conlleva educar y convivir con otros seres cuando ellos dependen totalmente de nosotros, y de la educación depende su futuro, su bienestar, y su equilibrio.

 Tampoco trasladando el problema a las técnicas existentes, las cuales seguro han tenido su razón de existir. Ni para excusar lo que de ellas nace, sino para contemplar una posibilidad más de que todo lo que ocurre en este universo no lo controlamos nosotros, sino el propio universo con sus leyes, con sus ciclos, con la perfección y el orden que en el existe. Donde, si ocurre algo y el hombre no sabe por qué, no significa que no haya una explicación para ello, siendo parte de un caos, sino que el hombre como parte de este universo, no tiene todas las respuestas. No solo es lo que pensemos de algo intelectualmente, sino también como posibilidad, lo que sintamos en nuestro interior.

 Un Sentimiento que empieza a nacer con fuerza sobre el aprendizaje, es que los problemas o desequilibrios que se presentan en la vida en forma de conductas alteradas, nacen del distanciamiento del hombre de los principios establecidos por la naturaleza. De una desconexión total de ésta, y una vida basada en el miedo, el control, la imposición y la modificación o manipulación de la conducta.


En el cambio de lo natural por lo artificial, todo enlatado, todo fabricado, bajo una apariencia, como la educación. Ésta nos enlata en una armadura o fachada de buen comportamiento, que casi no nos permite ni a nosotros mismos ver o sentir lo que pasa en nuestro interior. Solo aportando comodidad o el menor esfuerzo, como abrir una lata de comida calentar y ya está En la educación nos ha pasado lo mismo. Queremos resultados ya, buscando el camino mas corto, olvidando los ciclos que establece la naturaleza para todo. Las etapas por las que transcurre el aprendizaje y la educación.

 Decimos que el tiempo lo cura todo o casi todo, pero si podemos fabricar algo para que vaya más rápido mejor. Sin darnos cuenta que nos estamos saliendo de los principios naturales. Pero en los principios que marca la naturaleza, el esfuerzo es parte del día a día, todo tiene un tiempo de madurez natural, Unos ciclos a seguir, y esto es lo que protege el equilibrio, el orden establecido por la propia naturaleza, el equilibrio en sus seres y sus conductas.

 Nuestros compañeros debido a la convivencia y la dependencia hacia el ser humano, se ve arrastrado a la misma situación, quedando descubiertas muchas de sus necesidades y creando problemas emocionales como el estrés crónico.

 Dichos principios han existido siempre en el universo, en la naturaleza, y en el reino animal. Son como una serie de códigos establecidos para mantener el orden y equilibrio en ella. Solo hay que asomarse a la ventana que nos comunica con la naturaleza para contemplar que todo es perfecto en ella. No veremos centros de formación o enseñanza para aprender a ser mejores animales, todo fluye de una forma natural y ya son buenos seres en su experiencia animal de por si.

El nuevo pensamiento nos lleva a buscar otro camino más natural para la educación. El aprendizaje natural, como bien dice la palabra, sigue un curso establecido por la naturaleza.
 Para entender bien estas lineas es importante explicar que el ser humano ha estado desconectado de estos principios toda una era, para experimentar lo que se denomina como la era de la oscuridad. Como consecuencia, nuestros hermanos y compañeros de camino, los perros, decidieron acompañarnos en esta experiencia. Dicha desconexión nos ha llevado a perder el orden establecido por la naturaleza y a su vez por el universo. Sabidurías olvidadas por el ser humano que nos eran trasmitidas de generación en generación y que provenían del entorno natural.

Nuestros antepasados las conocían muy bien, y el aprendizaje tenía otra función en la vida y se realizaba bajo estos principios. Algunos de nuestros hermanos del reino animal, ya colaboraban con nuestros antepasados estrechamente, pero conectados a esta sabiduría, desde el respeto no solo al animal, en su parte mas física, sino desde la espiritualidad al ser que lo habita.

Un legado de esto lo podemos ver en la doma natural, aunque la palabra doma no es la más adecuada porque se tarta de estrechar el vinculo entre dos seres desde el respeto y el entendimiento.

El respeto de saber que ese otro ser, vive en un cuerpo animal, experimentando la vida desde sus propias emociones, su propia visión del mundo, su libre albedrío que no romperán con la obligación, ni la imposición a estar juntos colaborando, sino que sea una elección libre de convivencia o de colaboración. A través del estrecho vinculo que se crea, entre dos seres libres de escoger su camino, desde el amor incondicional, donde no existen las barreras, las ataduras, las pertenencias, solo el vinculo natural.

Para llegar al máximo respeto, y comprensión, este vinculo se crea con otro ser, cuando nos preocupamos en conocer y entender todas sus necesidades, en atenderlas, y satisfacerlas anteponiendolas a las nuestras, dejando a un lado el ego, de estar por encima o delante de él.



Continuará...

Descubriendo el Camino para Amar Incondicionalmente


Amor, una palabra tan pura y con un solo contenido, a pesar de que la conozcamos más a través del romanticismo. La pureza de su contenido se basa en ser simplemente incondicional, dar sin esperar nada a cambio, ser y dejar ser.
Aun recuerdo lo duro que fue el día que me di cuenta que no sabia amar, de que solo sabia hacer una representación de lo que creía que era el amor. Es ahora cuando trabajo para recuperar el amor, amor que sé que algún día se convirtió en miedo. Es otro de esos grandes agradecimientos, que les tengo a mis compañeros los perros.
En mi vida hubo un momento que ahora nombro mucho, en el cual toqué como se suele decir, “fondo”. Gracias a ellos me ayudaron a buscar más respuestas sobre el amor, las emociones y instintos que nos impulsan en esta vida.

Lo explicaré desde la mente que todo lo intenta comprender, hasta el corazón donde se siente en su totalidad, sin necesidad de ningún entendimiento. Solemos confundir la palabra Amor con la falta de aire cuando no está la persona amada, con el miedo a perder, con el miedo a sufrir, incluso con la autocompasión. Estos estados son normales dentro del Amor Romántico o el enamoramiento, pero no es Amor Incondicional.
El Amor Romántico forma parte de la unión de una pareja, es innato y fundamental en nuestra vida, pero el Amor Incondicional (el de verdad) solo puede aparecer después de esta etapa, cuando las emociones vuelven a su sitio, cuando podemos amar sin condiciones a la otra persona, sea pareja, familiar, amigo, o animal.
Amor Incondicional
Si quedamos atrapados en esta idea de Amor distorsionada, el Amor deja de serlo para convertirse en miedo, y empezamos a poner condiciones, exigimos muestras de Amor para nosotros darlo a cambio, con lo que nunca llegamos a experimentarlo de verdad, porque el unico camino para llegar a él es darlo, y abrirse a recibirlo. Cuando lo vivimos desde el miedo, no lo damos, o lo damos siempre a cambio de algo, solo lo exigimos, pero nos suele molestar que nos lo den, nunca es suficiente, nunca nos llena... Porque justo aquí, en el camino del miedo, el amor deja de ser amor para convertirse en querer.
Querer huir o atacar. Querer y pretender amar, pero solo tenemos miedo. Pero de qué queremos huir o atacar. A qué le tenemos miedo. La respuesta es fácil, al amor en en si. A la pureza de éste que engloba todo lo que somos los seres en nuestra totalidad, lo positivo y lo negativo. La luz y la oscuridad. Entonces podemos decir que nos tenemos miedo a nosotros mismos. Que no somos capaces de amarnos a nosotros mismos. Y por lo tanto a los seres que nos rodean.
Creo que todos somos conscientes, que la relación tan estrecha que mantenemos con nuestros perros, se debe a que ellos saben amar de forma incondicional. Quizás porque lo primero se aman a sí mismos tal y como son, con lo positivo y lo negativo. Con su luz y su oscuridad. Y por eso nos aman tal y como somos, con nuestra luz, pero también con nuestra oscuridad. Con lo positivo y con lo negativo. Cuando estamos tristes o alegres. Enfadados o en paz. Con nuestras virtudes o defectos. Incluso con nuestra perfección imperfecta. Comamos lo que comamos, hagamos lo que hagamos, o digamos lo que digamos. Nos aman incondicionalmente, como lo hacíamos nosotros mismos cuando niños. Nos amábamos por encima de todo de una forma pura, aunque lloráramos sin importarnos que se enterara todo el vecindario. No supiéramos hablar, y nos costara hacernos entender. Ni caminar, para empezar a explorar, nuestro amor nos hacia ser pacientes porque sabíamos que eso llegaría, que tarde o temprano andaríamos. Nos amábamos cuando nos enfadábamos, si algo de lo que necesitábamos no lo conseguíamos, y por ello nos frustrábamos  Porque sabíamos que eran necesidades, no caprichos como se llega a desvirtuar nuestras propias necesidades. Cuando pasábamos de la ira a la tristeza, porque no entendían nuestras necesidades, porque así se sana de forma natural la rabia. Cuando éramos felices y reíamos. Siempre nos amábamos, por encima de todo y a pesar de todo. Aun no entendíamos las condiciones para dejar de hacerlo, aun seguíamos el curso natural de las cosas. Amábamos todo lo que éramos, digamos que amábamos hasta nuestras cacas, sin darnos asco porque eran nuestras y no le teníamos miedo.
El mal del que hablaremos otro día, no había aparecido en nuestras vidas aun, porque no es nuestro, no nacemos con él. Pero si con el amor que nos nutre, nuestro propio amor, no el que esperamos que nos den. Este en el fondo no es tan necesario, solo se convierte en una necesidad cuando falta el nuestro propio. Por eso el recuerdo mas cercano que tiene nuestro niño interior de ese amor, son nuestros compañeros los perros.

Ellos no lo han perdido, ni para ellos ni para nosotros. Quizás por que se siguen amando. Aman su caca como la amábamos nosotros. Aman sus lloros, como aman los nuestros. Aman su ira, como aman la nuestra y no la culpan o la juzgan. Aman su alegría, como aman la nuestra. Aman su tristeza, como aman la nuestra, y nos acompañan de forma incondicional en esos momentos. La pregunta que nos podemos hacer, es qué nos ha pasado a nosotros para dejar de amarnos, y solo encontrar el amor en el que nos dan ellos. La única respuesta que conozco hasta ahora, es debido a los miedos, de ellos nace el ego, el mal, y la culpa. Y con estos, se va el poder que tenemos todos los seres.
Amor Incondicional AnimalEl poder de amar por encima de todo, a nosotros mismos y por lo tanto a todos los seres que nos rodean. Si el amor hacia nosotros mismos desaparece, porque ese hueco lo ocupa el miedo, no seremos capaces de amarlos a ellos, como ellos nos aman a nosotros. Solo llegaremos a querer. Querer es como un intento de amor, o de amar, pero deja de ser incondicional, para pasar a poner condiciones. Ahora te quiero, ahora no te quiero. Ahora te doy mi querer, ahora no te doy mi querer. Si lloras, no te doy mi querer. Si no lloras si te doy mi querer. Me encuentro con tu caca, no te doy mi querer. No me encuentro con tu caca, si te doy mi querer. Si estas demasiado contento y saltas y corres, no te doy mi querer. En definitiva dejamos de gustarnos y querernos tal y como somos, por acabar gustando a una sociedad con reglar éticas y morales, con miedos, y basadas en lo que está bien y lo que esta mal.
Acabamos dejando de amarnos tal y como somos, para ser queridos y aceptados. Y querer no es amar, querer es solo intentar amar, solo que contaminado por el miedo. Querer y intentar son de la misma familia, son términos con poca fuerza, porque están carentes de amor. No veremos a nuestros compañeros intentar algo, no intentan correr solo corren. No intentan saltar, solo saltan. Ni tampoco querer amar, solo aman sin condiciones. Cuando son padres, acuden a sus cachorros a la mas mínima muestra de que les necesitan, lloren, se hagan caca o lo que sea. Sin condiciones, lo mismo que lo hacen con nosotros. No piensan en nombre del miedo que eso está mal, y que repercutirá en el futuro del ser. Porque lo que repercute en el futuro, es lo único que existe el presente, y el amor que en este haya. Pero si al contrario en el presente solo hay miedo al lo que pase en el futuro, en este estar de nuevo presente el miedo. 

Me di cuenta, que nos pegaremos toda la vida, frustrados, porque el amor no aparece por ninguna parte. Que estamos rodeados de personas que solo saben querernos, y que nosotros mismos ya solo queremos. Y solemos decir yo quiero mucho, y me quiero mucho. Sin ser conscientes que la frustración es porque dejamos de amarnos, y por eso no se da amor. Solo esperamos que nos quieran, que es lo que conocemos. Hasta que llegan ellos, nuestros grandes maestros del amor y fieles compañeros de camino. A veces pienso que son una luz en el camino, que el universo puso a nuestro lado, para que cuando llegara el momento, nos enseñaran a recuperar el amor. Como ya comente en otro articulo, este momento a llegado, la era de la oscuridad y por lo tanto la de experimentar los miedos a acabado. Y con ella ahora nace el día, la luz y el amor. 

Me di cuenta que estaba lejos del amor, que siempre decía, yo quiero mucho a mis perros, hasta que me di cuenta de que ponía muchas condiciones para ello. Condiciones quizás basadas, en las mismas normas que yo seguí desde pequeño para ser aceptado, para ser querido. Me di cuenta que era, porque me creí desde pequeño que lo que ya hacia cuando me amaba, cuando era puro, estaba mal, y por eso no me amaban. Me creí que estaba mal llorar, enfadarme, reír, jugar, sentir, pensar y ser yo mismo. Me creí que las normas eran necesarias para ser parte de los demás. Me creí que ese era el camino para que “Yo”, le sacara partido a la vida. Y lo que pasó es que ese “Yo” ya no era mi esencia, se fue creando mi “Yo” ego, ese del que tanto se habla ahora. Hijo de los miedos que fuí cogiendo a mi mismo, a lo que era, a lo que tiene que ser en un ser de forma natural. A lo que te dicen, a lo que ves y te lo crees. 

Me di cuenta, que solo le tenia miedo al amor, porque cuando pensamos que tenemos que dejar de ser lo que verdaderamente somos, dejando de aceptar todo lo que hay en nosotros como un todo, del que estamos compuestos. Entonces es cuando nos cogemos miedo a nosotros mismos, y dejamos de creer en el amor que somos. Nos dejamos de gustar, y nos juzgamos a nosotros mismos, a través del espejo que supone todo lo que nos rodea, incluido nuestros perros. Y empezamos a esconder partes de nuestro todo, como si se tratara de algún miembro de nuestro cuerpo que no nos gustara y lo escondemos. Como si no nos gustara nuestro brazo, y lo escodemos en la espalda. Y este por no aceptarlo se convierte en una bestia, en nuestra espalda como nuestra sombra, que nos persigue a todas partes aun que no queramos reconocerla. Se reprime y sufrimos por ello. 

Son ellos, mis compañeros de convivencia actualmente los que me están enseñando a recuperar el amor. ¿Cómo?. Pues muy fácil, permitiéndome hacer lo mismo que ellos hacen por mi. Amarles sin condiciones, sin miedo a que todo se me escape de las manos, sin miedo a todo lo que hacen. Sin miedos a lo que ellos son en realidad, puros y auténticos en su experiencia como especie. Como lo somos nosotros, si dejáramos de lado esos miedos, para ver que en el fondo somos puro amor, y de ahí nace el equilibrio. Equilibrio que estoy empezando a conocer, gracias a que ellos me muestran el camino. Un camino donde cada vez estamos mejor, y disfrutamos más de muchos momentos que antes los fastidiaban las normas. Nomas y control que aprendo a dejar atrás, porque pertenecían al querer amar pero con condiciones, al miedo a lo que pudiera suceder en un futuro sin ese control.

Amor Incondicional Perro
Ellos me están enseñando que se puede tener una convivencia llena de amor, sin normas, sin reglas, sin condiciones, y nada se escapa de las manos. Todo lo contrario cada vez están más tranquilos, y convivimos mejor, justo lo que buscamos por el otro camino, y cuesta tanto de conseguir. Solo porque ahora me doy cuenta que el equilibrio, solo se consigue con amor para cubrir todas y cada una de sus necesidades correctamente, sin condiciones, sin miedos, solo puro amor. El que ellos nos dan, y del que tanto tenemos que aprender. Solo para dejar de querer, de poner condiciones al amor, y empezar a vivir. Para dejar el miedo constante, que nos hace dejar de vivir, para estar sobreviviendo. Porque creo que vivir es amar, y ellos nos lo dicen cada día, en forma de conductas. Como si nos pusieran detonantes para que nos amemos, no como una protesta, porque ellos no nos juzgan. Ni saben de culpa, ni conocen la etiqueta del mal. Sino como simple consecuencia, de lo que no nos gusta en nosotros reflejado en ellos. Y queremos contenerlo lo mismo que lo contemos en nosotros. Para que al aprender a amarlos a ellos de forma incondicional, tal y como son, recuperemos nuestra esencia y nos amemos a nosotros. 

Me di cuenta que incluso me era mas fácil querer a mis compañeros, que a los humanos. Y sigo hablando aun de querer no de amar, porque a amar aun estoy soltando miedos para hacerlo. Solo pensaba que incluso los aceptaba mejor que a los humanos, hasta que me di cuenta que tampoco los aceptaba como eran, solo por el hecho de que también los quería cambiar. Los quería hacer perfectos según yo entendía esta perfección. Esto se convirtió en otra muestra más, de lo que me rechazaba a mi mismo como humano, y al resto de los de mi especie. Y de lo que nos vemos reflejados en nuestros perros. Otra muestra de que había perdido la esperanza en mi como humano, y que la humanidad pudiera cambiar. Otra muestra más de que solo representamos un papel, un papel en la comedia de la vida. Un papel que no me permitía ser lo que en realidad soy, y al mismo tiempo tampoco les permitía serlo a ellos. Solo les enseñaba a interpretar el mismo papel. 

Hasta que a través de ellos me di cuenta que si cambiaba yo, si me amaba a mi. Y recuperaba mi equilibrio natural, ellos también lo recuperarían. Así podría amarme y ser amado. Se trata de sentirse cada día mejor, de que al caminar las pendientes que hay que subir, las que parecen muy empinadas, estas que siempre van a estar. Porque el camino nunca será totalmente llano, éstas cada vez se suben con más facilidad. Creo que esto es lo que se le llama, bienestar, equilibrio o felicidad. Por eso te invito a hacer un alto en tu vida, en tus creencias, y ama y deja que te amen como solo ellos saben hacerlo. Y pierde tus miedos amarte para amarlos, ellos lo están deseando y tu seguro que también. Seguro acabarás como yo, dando una y mil veces las gracias a estos grandes maestros, por devolverte a la vida y al amor. Gracias a mis grandes maestros, aunque sé que ellos no esperan nada, ni me culpan, ni me juzgan, ojalá pueda devolver todo lo que ellos me han dado a mi, y yo no les supe dar a ellos. 

Gracias Maestros.